Lo importante de la obra, más que de los acontecimientos provenientes del adulterio cometido con Don Álvaro Mesía y sus consecuencias posteriores, es el retrato que se hace de la cuidad de Vetusta en un momento del s.XIX en noviembre y en una ciudad provenciana y en la que observas las preocupaciones de la gente, sus pasiones, indumentarias y en la que desfilan las clases sociales, es decir, la aristocracia, el poder civil y el poder eclesiástico, ambos como dominantes en un mundo en el que la Regenta se siente como atrapada y ahogada y quizas de ahí venga derivado el desenlace último que es quedarse sola como lo era al principio de la obra (huérfana). Lo único que se echa en falta son las clases sociales inferiores (proletarios o los obreros de las fábricas) que únicamente se observan de pasada.
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